Translate

lunes, 1 de junio de 2015

Dinero soberano: Loanable funds vs teoría monetaria endógena.



En las dos entradas precedentes (aquí y aquí) hemos comprobado que la deuda y el sistema financiero son irrelevantes en los modelos neoclásicos. El dinero es un velo sobre el intercambio entre los agentes económicos, un vasto sistema de trueque.



La realidad, no obstante, desmiente esa visión. El dinero no es neutral y, en consecuencia, debemos considerar el papel que la deuda y el sistema bancario juegan en la economía. El excesivo reduccionismo no nos ayuda a entender la realidad económica, por lo tanto, debemos afrontar un modelo diferente, que no tome como punto de partida el equilibrio general, la equívoca Ley de Say (toda oferta crea su propia demanda) extendida al conjunto de la economía como una letanía por los economistas neoclásicos. La ley de Say se cumple si y solo si no existe acumulación de capital, donde el dinero es un mero instrumento para adquirir otra mercancía. En términos de Marx, funcionaría en una economía cuyos flujos fueran representados por la llamada reproducción simple (M representa una mercancía y D dinero) M-D-M' siendo M≠M'. Pero no es válida para una economía capitalista donde los flujos de intercambio son D-M-D+ , donde D+>D. En el primero, se intercambian mercancías del mismo valor de intercambio pero cualitativamente distintas para ambas partes del contrato, en el segundo caso no es así, porque empieza y finaliza con dinero. No tiene sentido que se trate de una equivalencia ya que lo único que justifica la transacción es que exista una diferencia cuantitativa o la esperanza de que la haya. En palabras de Keen:



...los capitalistas no se caracterizan por la igualdad entre lo que ofrecen y lo que demandan, sino por la desigualdad. Esta desigualdad es posible debido a la intermediación entre la compra de mercancías de “un capitalista industrial” (insumos de mano de obra y materiales para la producción) y los productos que vende (los productos resultantes del proceso de fabricación) y de la producción resulta un excedente físico que el capitalista tiene la esperanza de convertirlo en un excedente monetario.”



En un sistema donde la acumulación es el objetivo primordial, la Ley de Say no funciona, pues si todo lo recibido es consumido el objetivo se incumple. Debe existir un excedente físico que debe ser monetizado para que se produzca la acumulación.



Thorstein Veblen no veía esa acumulación como un consumo diferido que significaría que la Ley de Say se cumplía a largo plazo, sino por la verdadera naturaleza de los hechos que se intentaban esconder:



Para justificar los hechos:....neutralizarlos de manera que no deban aparecer en la teoría, la cual puede entonces extraer términos indirectos e inequívocos del cálculo hedonista racional. Se justifican como si fueran aberraciones debidas al descuido o la falta de memoria de los empresarios o, por causa de algún fallo lógico o de discernimiento. O son entendidos e interpretados en los términos racionalistas del cálculo hedonista recurriendo al uso ambiguo de los conceptos hedonistas. De está forma, toda la “economía monetaria” con toda la maquinaria del crédito desaparece en un entramado metafórico para reaparecer teóricamente expurgada, esterilizada y simplificada en un “refinado sistema de trueque”, culminando en un agregado máximo de sensaciones placenteras para el consumo.”



Veblen muestra cómo la economía neoclásica, mediante un pase mágico, convierte a una economía donde se acumula capital, en forma de dinero, en una simple economía de intercambios donde el dinero no es más que un medio perfeccionado para satisfacer necesidades en continua circulación.



Sin embargo, la función del dinero como medio de acumulación no tiene sentido en una economía de trueque, donde no es necesario acumularlo, su utilidad es la de medio de cambio y medida, ya que el objetivo es el intercambio de las mercancías y los servicios. En otras palabras, el dinero está siempre circulando, es evidente que en cada momento alguien tiene el dinero, pero sólo como medio para el intercambio.



Como comprobaremos, una economía monetaria, que en este contexto significa capitalista, debe estar siempre en desequilibrio, exactamente lo contrario de lo que propugnan los neoclásicos, ya que para crecer el gasto debe ser superior al ingreso en un contexto de subida de precios. Minsky lo expresa de la siguiente forma (1963):



Si el ingreso ha de crecer, los mercados financieros, donde los diferentes planes de ahorro e inversión se concilian, deben generar una demanda agregada que, excepto por breves períodos, es siempre creciente. Para que la demanda agregada real esté siempre aumentando, …., es necesario que los planes de ahorro actuales, sumados la totalidad de sectores, sean mayores que el ingreso efectivamente recibido y, que exista algún mecanismo de mercado por el cual el gasto agregado que excede del ingreso agregado anticipado pueda ser financiado. Se sigue, que en un período de crecimiento, al menos, algunos sectores financian parte de sus gastos mediante la emisión de deuda o la venta de activos.”



Por el contrario Friedman (1969) negaba cualquier relevancia al dinero y al estudio de las dinámicas del mismo con las siguientes palabras:



Es un lugar común de la teoría monetaria que nada es tan irrelevante como la cantidad de dinero expresada en términos de la unidad monetaria—dólares, libras o pesos. Dejemos que cambien las unidades de cuenta de dólares a centavos; eso multiplicará la cantidad de dinero por 100, pero no tendrá otro efecto. Igualmente, dejemos que el número de dólares que existe se multiplique por 100; eso, tampoco, tendrá efectos sustanciales, siempre que todas las otras magnitudes nominales (precios de los bienes y servicios, y los volúmenes de otros activos y pasivos que están expresados en términos nominales) se multipliquen por 100.



Como señala Keen debemos encontrar el planeta donde todas las magnitudes, como los préstamos estén perfectamente ajustados a la inflación o deflación para que la neutralidad del dinero que explicita Friedman sea posible. Como eso no ocurre, son completamente relevantes las obligaciones contraídas en el pasado en relación con nuestra capacidad para servirlas en el presente.



Pero antes de seguir esta linea del pensamiento económico, nos detendremos en el modelo neoclásico del multiplicador bancario que explica que la cantidad de dinero en circulación viene determinada exógenamente por el dinero que crea el Banco Central.



El modelo del multiplicador bancario



Una advertencia, como se trata de un modelo, la simplificación por si misma no es ningún defecto intrínseco (Navaja de Okam), siempre que nos aporte un conocimiento cabal de la realidad. El problema surge cuando el modelo, como es el caso que nos ocupa, nos confunde sobre los mecanismos causales que operan proporcionándonos una percepción equivocada.



Para todo aquel que haya leído un libro de introducción a la economía, el concepto multiplicador bancario le resultará familiar. Para aquel que no, le solicito el esfuerzo de seguir la aburrida descripción para que luego puedan apreciar el contraste con los datos y, entender un poco mejor, como el paradigma neoclásico ignora deliberadamente la realidad.



El modelo funciona con los bancos recibiendo depósitos de dinero creado por el estado del que deben retener un mínimo, el coeficiente de caja normalmente del 10% para simplificar los cálculos, el resto está disponible para ser prestado. El cliente ingresa 1.000 € en efectivo en el banco que crea un depósito por ese importe.



Posteriormente concede un sólo préstamo, para simplificar, por lo que excede del coeficiente de caja (900 €), que suponemos será gastado por el prestamista. Imaginemos que el prestamista retira en efectivo el dinero y paga una transacción equivalente al importe del préstamo. El proveedor del bien o servicio adquirido ingresa ese dinero en un banco distinto del primero (puede ser el mismo banco el razonamiento no cambia). Ahora el segundo banco está en disposición de prestar lo que exceda del coeficiente de caja, en esta caso 810 €, retendrá 90 € que es el 10% de 900 €. Observamos que estamos ante una serie de préstamos, no infinita pues las unidades de cuenta no son infinitamente divisibles, pero que podría continuar teóricamente hasta que lleguemos a la fracción menor que sea posible prestar. Para simplificar consideramos la serie infinita y que los préstamos se van concediendo uno cada semana para poner de manifiesto el elemento temporal.



Las dos hipótesis del modelo son:



  1. La creación del crédito debe ocurrir después de la creación de dinero por parte del estado. Los bancos no pueden conceder préstamos hasta que no reciben los depósitos de dinero creado por el estado. El coeficiente de caja implica que al recibir un depósito pueden prestar el exceso del coeficiente de caja exigido. Por coeficiente de caja entendemos la cantidad mínima que el banco debe conservar en dinero del estado como reserva. Existe un retardo entre la recepción del dinero creado por el gobierno y la concesión de créditos. El siguiente gráfico muestra la evolución temporal en donde los cambios en M0 (dinero fiat emitido por el estado) deben preceder a los cambios en M2 que incluye tanto el dinero como los depósitos a la vista como los depósitos a corto plazo (las definiciones en cada zona monetaria pueden cambiar ligeramente).

  1. De lo anterior, la cantidad de dinero en la economía debe siempre exceder la cantidad de crédito bancario, siendo la diferencia el coeficiente de caja exigido. En consecuencia, el ratio de deuda/dinero debe ser igual al coeficiente de caja. Si el coeficiente es del 10% el ratio sería de 0,9 inferior a 1 precisamente en el coeficiente de caja.



Como podrán comprobar cuando uno desciende a los engranajes se encuentra una forma sencilla de testar el modelo. Si fuera cierto, deben cumplirse dos requisitos.



  • Debe existir una prelación temporal, primero el estado crea dinero, luego ese dinero se expande a través del multiplicador mediante los préstamos bancarios.
  • El crédito concedido por el sistema bancario no puede exceder la cantidad total de dinero, que es el crédito bancario creado mediante el multiplicador más el dinero del estado, siendo el crédito bancario un múltiplo del dinero en efectivo que marca el coeficiente de caja.



Los estudios realizados indican lo contrario, que primero se crea dinero mediante crédito y tarda hasta un año en transmitirse a la base monetaria, lo que contradice el modelo del multiplicador. Cuando contrastamos el modelo con la realidad, surge una contradicción esencial, la causalidad prevista es justo la inversa. He de señalar, que en la realidad, la base monetaria no es meramente el efectivo, sino que incluyen las reservas del banco central que no explicitan en el modelo del multiplicador, sin embargo, esa simplificación sería pertinente si la causalidad fuera la prevista, no es el caso. La omisión de las reservas del banco central y que nuestro modelo sea dual, las reservas o dinero del banco central son parte de la base monetaria pero no de la oferta, nos ayudará a comprender porque el modelo del multiplicador es erróneo.



La segunda predicción es igualmente falsa, comparando el ratio de la deuda privada/dinero en sus diferentes definiciones en EEUU, por ejemplo.





La deuda excede cualquier medida de la cantidad de dinero en abierta contradicción, una vez más, con el modelo.



Los hechos son claros, ni existen los retardos entre la emisión de efectivo y la concesión de préstamos, en realidad es lo contrario, ni la relación deuda/dinero es la predicha en el modelo. La clave de la cuestión es la que nos explica Basil Moore (1983) citando la frase de un economista de la reserva federal que afirmó en 1969:



En el mundo real, los bancos conceden crédito, creado depósitos en el proceso, luego buscan las reservas.”



Las reservas o dinero del banco central es la clave para entender el funcionamiento de un sistema dual, que no es consistente con el modelo del multiplicador como iremos viendo en esta entrada y en las siguientes. El citado modelo nos da una explicación errónea de los mecanismos causales, lo que conduce a afrontar los problemas con herramientas equivocadas. Una de las cuestiones básicas es que del modelo se desprende la idea de que los bancos centrales controlan la oferta monetaria, lo que constituye el punto de apoyo para las críticas, en especial de la escuela austriaca, a la laxitud de estos sometidos a los caprichos del gobierno de turno. Esa narrativa, ha penetrado profundamente en la agenda política con la insistencia en la total independencia de los bancos centrales del poder político. Lo cierto es que el problema es que son los bancos privados y aquellos pocos que los controlan, que no rinden cuentas ante nadie, excepto y escasamente ante sus accionistas, los que llevan la batuta en un instrumento tan decisivo como la creación de dinero, una vez hemos abandonado las veleidades de su neutralidad. Si comprobamos la causalidad tal como nos la evoca la cita anterior veremos que el banco central tiene dos opciones:



  • Rechazar la demanda del banco y provocar un pánico bancario
  • Acceder a crear las reservas necesarias a cambio de garantías, que serán de menos calidad cuanto más apurada sea la situación



Existiría una tercera opción que sería rebajar el requerimiento de reservas, el encaje, pero eso nos conduce a ver el funcionamiento del sistema de manera equivocada. En realidad, el requerimiento de reservas que no existe en todas las zonas monetarias, es irrelevante. Las reservas son necesarias para saldar las operaciones entre bancos por el neto (posteriormente ampliaremos este punto), por lo que las reservas necesarias no son función de lo que el banco central decida sino de otros factores, como el número de bancos, su tamaño relativo etc... que harán que las reservas del sistema en su conjunto para saldar las operaciones sean unas u otras, no un porcentaje de los depósitos.



Ante lo expuesto, el paradigma neoclásico ignora los problemas del modelo del multiplicador y soslaya las críticas lo que constituye una patología recurrente.



Loanable funds vs Teoría endógena



El modelo de los “loanable funds” considera a los bancos como meros intermediarios entre agentes pacientes que no desean consumir durante un determinado período y, ceden su dinero para que el banco se lo preste a su vez a los agentes impacientes. En este modelo, la deuda no es relevante a nivel agregado pues lo que para unos es deuda para otros es un activo. Si no difieren excesivamente en su propensión marginal al consumo, lo dejado de gastar por unos se compensará con lo gastado en exceso por los prestatarios y los efectos se cancelarán, teniendo en cuenta el llamado efecto riqueza. En palabras de Paul Krugman:



Ignorando el componente extranjero, o mirando el mundo en su conjunto, veremos que el nivel de deuda no influye en la riqueza neta agregada—el pasivo de una persona es el activo de otra. Se sigue, que el nivel de deuda solo importa si la distribución de la riqueza es relevante, si los prestatarios altamente endeudados hacen frente a restricciones distintas de los prestatarios con endeudamiento reducido.



Una versión modelizada del funcionamiento de los “loanable funds” es descrita por Keen (2015) de la siguiente forma: una economía con tres sectores, donde uno de ellos presta reduciendo su consumo que aumenta en el sector que recibe los fondos. El gasto monetario de cada sector está representado por la letra G siendo el primer subíndice el sector de salida de los fondos y el segundo el sector que recibe dichos fondos. El préstamo (deuda) está representado por la letra D que es un aumento de los fondos disponibles del sector 1 (prestatario) que lo utiliza en aumentar su gasto tanto en el sector 2 como en el sector 3. La α es el porcentaje del préstamo destinada a adquisiciones del sector 2 siendo (1- α) el destinado al sector 3. El sector 2 que es el prestamista, el agente paciente, al reducir su gasto, reduce sus flujos monetarios al resto de sectores. La β es el porcentaje de reducción de su gasto destinado al sector 1, siendo (1- β) la reducción del gasto destinado al sector 3. El sector 3 no se ve afectado y mantiene inalteradas sus adquisiciones y los flujos de fondos que destina a los otros sectores.




La demanda agregada (DA) es igual al ingreso agregado (IA) en el modelo. Se cancelan todos los efectos derivados del préstamo en el nivel agregado de acuerdo con el modelo de los “loanable funds” (LF). La diagonal de la matriz nos da el gasto realizado por el conjunto de sectores, es decir, la DA. El resto de “casillas” nos proporciona los ingresos recibidos por el conjunto de sectores, el IA.



Si en lugar de ser el sector 2 el que presta al 1, se trata de un banco que crea capacidad adquisitiva sin que exista un agente paciente que renuncie temporalmente a la misma la situación de los tres sectores sería como sigue:






Este caso, el modelo de la creación de dinero endógeno (DE), es en el cual la capacidad adquisitiva se crea ex-nihilo, sin necesidad de que exista el agente paciente que renuncia a ejercer su poder adquisitivo. El sector que crea esta capacidad adquisitiva que antes no existía es el bancario que no está representado en el cuadro.



En este caso, el registro ex-post de la DA como la IA se han incrementado en el aumento de deuda representado por Δ D.



Para completar el modelo, introducimos algunas variables, como el interés que se paga al banco o el que los sectores reciben por sus depósitos, además de tener en cuenta la demanda del propio sector bancario sobre los otros sectores, tendremos una visión más cabal del proceso, aunque también ligeramente más complicada. El sector 1 sigue siendo el sector que aumenta su gasto financiado mediante deuda bancaria.



La letra S (sectores) con sus correspondientes subíndices, son los depósitos de cada sector que mantienen con el sector bancario y por los cuales reciben una remuneración . Como estamos considerando los flujos monetarios, las adquisiciones de un sector en otro se realizan mediante el movimiento de fondos entre las cuentas de estos sectores. La letra griega τ representa el ratio de los fondos que un sector gasta en otro, siendo el primer subindice de la citada letra el sector pagador o de salida de los fondos y el segundo subíndice nos indica el sector que recibe los fondos. En este modelo, es el sector 1 el que se endeuda con el banco y por cuya deuda paga que es el ingreso que el banco recibe. El sector bancario está representado en la última columna. En general > que representa la retribución de los depósitos de los diferentes sectores. Finalmente, para proporcionar mayor realismo al modelo, la inyección de deuda no es instantánea sino que se trata de un flujo.






Como los modelos anteriores la diagonal principal de la matriz representa la DA de todos los sectores.






La suma del resto de los elementos de la matriz son la IA, lo flujos monetarios que reciben el conjunto de los sectores.






De nuevo, como no podría se de otra forma, ex-post, la DA y el IA coinciden. Sin embargo, analicemos un poco más los términos tanto de la DA como de la IA porque nos explican bastante más de los que a primera vista podría parecer.



- Gasto financiado por dinero existente.






- Transacciones financieras en términos brutos.






- Variación de la deuda.








La suma de cada una de las columnas de la matriz nos dice cuál es el balance de fondos sectorial, los flujos de entrada y salida.



Como dice Steve Keen (2015):



El punto de inicio de la teoría monetaria endógena es que el ritmo de variación de la oferta monetaria es idénticamente igual al ritmo de variación de la deuda.”



Lo que expresado en términos matemáticos se traduce en:






Por lo tanto, la oferta monetaria es la cantidad inicial de dinero fiat más el actual nivel de deuda.






Por ello, Keen nos propone una versión dinámica sin equilibrio con dinero endógeno de la ecuación de cambio monetarista que es reveladora de lo que falta en la teoría cuantitativa del dinero.






Lo que falta resulta evidente:






En otras palabras, la variación de la deuda y las propias transacciones financieras.



Si estudiamos su comportamiento dinámico veremos por qué es importante la velocidad y la aceleración de la deuda como comentábamos de forma literaria en la anterior entrada en el modelo de Schumpeter.






La síntesis neoclásica ignora casi totalmente el papel de la deuda en el sistema como hemos visto con la teoría dominante de los loanable funds y, en consecuencia, el papel que juega el sistema financiero y la creación de dinero. Como la demanda agregada es igual a la oferta agregada, las variaciones de deuda juegan únicamente un limitado papel redistributivo, como indicaba Krugman.



Mecanismo de la creación de dinero endógena



Veamos el proceso cuando el pago se financia por dinero existente y cuando se hace mediante la creación de dinero por medio de deuda.



A nivel básico, la creación de dinero es muy fácil de observar utilizando la contabilidad de partida doble de acreedores y deudores a través del sistema bancario.








El sistema de registro requiere algunas precisiones.



  1. El convenio de los signos es el siguiente: signo positivo en el activo es un aumento de los activos del banco, en el pasivo significa una disminución de las obligaciones. Por el contrario, un signo negativo es una disminución del activo y un aumento del pasivo para el banco que, en consecuencia, aumenta sus obligaciones. Por ejemplo, en la concesión del préstamo el activo del banco aumenta y, asimismo, su pasivo ya que el depósito del cliente aumenta en el importe concedido.
  2. La creación de dinero debe interpretarse como el aumento o disminución de las obligaciones del banco. En el pago con dinero existente, para el banco del comprador hay una disminución de su obligación con el cliente. En el caso del pago del crédito separado en dos etapas, concesión y pago posterior, el resultado es que no hay una disminución de las obligaciones.



Veamos que sucede en el banco del vendedor.








Para el comprador es indiferente como se realice la operación, la deuda entre comprador y vendedor queda saldada ya sea el pago con dinero existente o con dinero que proviene del crédito. Sin embargo a efectos de la creación de dinero no sucede lo mismo.



En el cobro/pago con dinero existente, lo que hemos denominado creación de dinero es 0. En el caso de cobro/pago mediante un préstamo que solicita el comprador hay un aumento de las obligaciones del banco del vendedor que no son canceladas de la misma forma por una disminución paralela en el banco del comprador. El resultado es que se crea dinero por el importe del préstamo.



¿Qué sucede entre los dos bancos?, ¿cómo y dónde saldan las operaciones?. Lo hacen en el banco central de la siguiente forma.





Las reservas del banco vendedor aumentan en ambos casos. Eso significa que, contablemente, para el banco central sus obligaciones con este banco aumentan, por eso el signo negativo. Exactamente lo opuesto con el banco del comprador, cuyas reservas disminuyen lo que se refleja en el signo positivo, disminución de obligaciones. No existe creación de reservas sino un trasvase de reservas del banco del comprador al banco del vendedor.



Nos podemos cuestionar que sucede con las reservas del banco central. En el momento de conceder el crédito no necesita las reservas, pero si en el momento de realizar el pago. Si es un depósito de dinero existente, esas reservas existen gracias al depósito. Hagamos algunas consideraciones importantes que se producen a nivel agregado.



En primer lugar, estamos estudiando una operación aislada, pero los bancos saldan las operaciones por el neto, en otras palabras, como existe multiplicidad de operaciones cruzadas, el total de reservas o dinero del banco central empleado en saldarlas es muy inferior al total bruto. En consecuencia, un banco sólo necesita una fracción en reservas del total de operaciones para saldar sus cuentas con el resto del sistema bancario. Señalar que cuanto menos bancos haya y de mayor tamaño, menos reservas serán necesarias pues muchas operaciones serán entre clientes del propio banco que no requieren reservas del banco central como veremos posteriormente.



En segundo lugar, aunque pueda parecer que las reservas puedan limitar la creación de dinero, algo parecido al modelo del multiplicador, dejando en manos del banco central el control último de la oferta monetaria, eso es desmentido por la realidad. Ya hemos mencionado que los bancos prestan y luego buscan las reservas que el banco central suministra a demanda. Primero, el banco comercial las busca en el mercado interbancario, pero si no las encuentra para evitar problemas de liquidez que dan lugar a los temibles pánicos bancarios, el banco central interviene inyectando liquidez. Además, los pánicos, crisis de liquidez, conllevan venta de activos con precipitadas (fire sell) que acaban convertidas en crisis de solvencia que se transmiten al conjunto del sistema, extremadamente frágil e interconectado. En palabras de un alto directivo bancario, tener el banco más saneado del sistema es equivalente a tener la suite presidencial en el Titanic, no se me ocurre una metáfora mejor.



El propio BCE no tiene dudas sobre el real funcionamiento del sistema, desmintiendo aquella tópica imagen de la máquina de fabricar billetes que denota un pobre entendimiento del sistema bancario moderno:



La aparición de importantes excedentes de liquidez del banco central, en si misma, no implica necesáriamente la expansión acelerada del crédito bancario al sector privado. Si las instituciones de crédito están constreñidas en su capacidad para prestar por sus reservas del banco central, entonces el alivio de esa restricción resultaría mecánicamente en un aumento de la oferta de crédito. El Eurosistema, sin embargo, como único proveedor de las reservas del banco central en el área Euro, siempre proporciona al sistema bancario con la liquidez requerida para alcanzar el nivel de reservas agregado requerido. De hecho, los requerimientos de reservas del BCE son en retrospectiva, por ejemplo, dependen del nivel de depósitos (y otros pasivos de las instituciones de crédito) sujetas a requerimientos de reservas establecidas en el período anterior, y de esta forma después de que los bancos hayan ampliado el crédito de acuerdo con lo demandado por sus clientes….”



En el caso de funcionamiento normal de los mercados interbancario, el Eurosistema siempre proporciona las reservas del banco central de forma agregada, las cuales en ese caso son intercambiadas entre los bancos y, por consiguiente, redistribuidas dentro del sistema bancario de acuerdo con las necesidades. El Eurosistema, de esta forma, acomoda en todo momento la demanda agregada de reservas del banco central y, persigue influenciar las condiciones de financiación a través del manejo de los tipos de interés a corto plazo.



Como también veremos en entradas posteriores, el manejo de los tipos de interés a corto sobre la base monetaria que es el margen de actuación de los bancos centrales es un instrumento tosco y poco efectivo de control. El banco central se encuentra extraordinariamente restringido en sus actuaciones por el mantenimiento de la estabilidad financiera, especialmente del sistema de pagos cuyo colapso provocaría un caos en la economía real.



Finalmente, nuestro sistema monetario es dual, aunque con la misma denominación y valor, las reservas del banco central no forman parte del dinero en circulación, son un sistema de saldar operaciones entre los bancos, que junto al gobierno, son los únicos con acceso a cuentas en el banco central y al dinero del banco central. Las reservas, debido a que las operaciones se cancelan multilateralmente por el neto son meramente una fracción del total bruto de operaciones y, el banco central, en términos generales, las suministra a demanda por las razones que hemos expuesto en los párrafos anteriores. Por lo tanto, la variaciones en las reservas no son variaciones en la oferta monetaria, lo pueden ser pero necesitan que funcione el mecanismo de transmisión que como nos explica el BCE fluye, normalmente, del crédito a las reservas y, no al revés.



En todo caso, en un sistema cada vez más concentrado, como se ha mencionado, son cada vez más abundantes las operaciones que no signifiquen movimiento de reservas en el banco central y, exista creación de dinero.






No se requieren reservas pues las operaciones son dentro de la propia entidad que se saldan internamente, por ello no existe descuadre, pues la compra con crédito se cancela con el cobro mediante crédito. El resultado en cuanto a la creación de dinero, es idéntico a cuando intervienen dos bancos y el banco central.



Conclusiones



Esta es una entrada eminentemente técnica que presenta los dos grandes modelos contrapuestos para explicar el funcionamiento del sistema monetario. La teoría monetaria endógena se aleja radicalmente del concepto dominante de meros intercambios donde la deuda y el dinero no son relevantes a nivel agregado y, resulta un argumento en favor del dinero soberano.



Es posible que ésto entre en aparente contradicción con las actuales narrativas de austeridad y de la imprescindible reducción del gasto público para reducir tanto el déficit como la deuda. Sin embargo, es una mera apariencia ante la falta de un modelo que pueda dar cuenta de los hechos. La austeridad entendida como consolidación fiscal ignora deliberadamente los mecanismos de creación de dinero para desviar el foco a un presunto problema que no es más que un síntoma y que, en realidad, contribuye a ahondar el problema.



Un modelo monetario del capitalismo nos muestra que el aumento de deuda se traslada a un aumento de la demanda agregada y, a su vez, en el ingreso medidos ex-post. Sin los bancos prestando dinero, que significa creación de poder adquisitivo previamente inexistente, el sistema entra en una espiral recesiva. No solo es necesario que los bancos creen dinero sino que lo hagan a un ritmo creciente en términos netos para que el sistema crezca.



El dinero soberano es una forma, la mejor disponible en mi opinión, de conseguir que los mecanismos de creación de dinero se alineen con el resto de políticas económicas para conseguir un mejor manejo de nuestra economía. Como cualquier mecanismo no está exento de problemas, pero si dejamos de lado la ideología dominante a un lado y nos concentramos en los hechos, la actual regulación supone un completo fracaso que además deja en manos de muy pocas personas que no tienen que responder ante los ciudadanos, un mecanismo esencial para una sociedad moderna como es la creación de dinero.