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lunes, 10 de noviembre de 2014

DINERO SOBERANO: Plantemiento del problema

El sistema financiero ha estado en el ojo del huracán desde la crisis de 2007-08 siendo señalado con el dedo acusador de ser el principal causante, provocando burbujas en diferentes activos, especialmente en los inmuebles a nivel casi global, aunque determinadas zonas han sido y siguen estando más afectadas por sus consecuencias.

Se han anunciado reformas diversas del mismo pero, que están muy lejos de afrontar los verdaderos problemas como veremos.

Los economistas de “main stream” también, han sido duramente golpeados, al menos, en su amor propio por las consecuencias de la crisis, aunque han elaborado una narrativa, explicación en retrospectiva, que les permite, así lo creen, mantener su “status quo” como gurus de la tribu económica.

La crisis agitó unas aguas que parecían tranquilas pero, que con una mirada algo más penetrante se descubría que bajo esa tranquilidad había corrientes de una gran potencia que iban a conformar un mundo muy diferente del que conocemos. Incluso, el Presidente en aquel entonces de la Republica Francesa, Nicolas Sarkozy, se aventuró a proclamar que había que refundar el capitalismo sobre bases éticas, un verdadero oxímoron.


Visto con una perspectiva de más de 7 años, desde los primeros síntomas, el impulso reformista está prácticamente agotado y el “business as usual” es la tónica imperante. Sin embargo, nada de esto se debe a que las aguas hayan vuelto a su cauce, lejos de eso, el mundo se enfrenta a un crecimiento del producto anémico (que en este blog por diferentes motivos denominamos antieconómico), en comparación con cualquier período de recuperación anterior a las diferentes crisis, después de la Segunda Guerra Mundial. En algunas zonas económicas como la Zona Euro se habla de tercera recaída en la recesión en sólo 6 años, todo un hito.

Una de las cosas más destacables desde una perspectiva económica, es que la crisis fuera causada por un sector que desde el punto de vista del corpus doctrinal neoclásico es algo meramente auxiliar, una mera lubricación para el funcionamiento de la economía “real” que no hace más que de intermediario entre ahorradores e inversores. El dinero y el sistema financiero carecen de relevancia para el paradigma dominante, lo que como mínimo para un profano debe resultar asombroso y, ciertamente, lo es.

¿Como es posible entender algo así?. Lo cierto, es que no resulta difícil de comprender si conocemos el paradigma neoclásico y su forma de ver el mundo o visión pre-analítica donde la economía es el todo relevante y, no sólo eso, sino que el individuo es completamente asocial, actúa de forma independiente sin establecer relaciones de superior complejidad a las meramente económicas.

Pero lo que aquí nos interesa, es su visión del sistema financiero, para ello que mejor que recurrir a Steve Keen azote de los economistas neoclásicos en su artículo “Teoría económica ptolemaica en la era de Einstein: Krugman, eldinero y la banca”. Krugman es un firme defensor de los bancos como meros intermediarios entre ahorradores e inversores, negando que los bancos puedan crear dinero o, que lo puedan hacer fuera del control de banco central, es decir, que el control de la base monetaria permite determinar de una manera efectiva la masa monetaria. Esto, además implica un relación de causalidad, que es descrita en el modelo del multiplicador bancario y, en la que radica el meollo de la cuestión.

La referencia al modelo Ptolemaico puede que para algunos resulte excesiva, pero creo que se trata de una de esas comparaciones y, no hay muchas, donde existen paralelismos asombrosos en la defensa numantina de posiciones que son contrarias a los hechos, pero que resisten contra viento y marea las críticas, a pesar de estar en una posición de precariedad que cualquier análisis riguroso evidencia. Pero como acostumbra a suceder en el paradigma neoclásico cuando algo perturba simplemente se ignora. El caso de la controversia sobre el capital de los dos Cambrigde es el caso más flagrante de olvido. En una reciente conferencia sobre si la enseñanza de la economía estaba en crisis cuando, después de señalar las excelencias del actual paradigma cuestioné al ponente, un renombrado catedrático, sobre los innumerables esqueletos en el armario y, respecto de la controversia, me dijo que estaba completamente resuelta y que ya no existía tal cuestión. En realidad, seguramente el ponente nunca se ha preguntado sobre el tema y, ha hecho lo que todos los economistas ortodoxos, ignorarlo y autoconvencerse de que tal cosa ni siquiera ha existido. Lo irónico es que insistía en la utilización del método científico en la economía. Debo suponer que se trata de un método que nada tiene que ver con el de Popper, creado ad hoc para evitar preguntas incómodas. Como me dijo una colega, es igual lo que les digas, no te van a escuchar, no les interesa.


El problema, como expone Keen, parte de la teoría del equilibrio general enunciada por Léon Walras, una expansión a la economía en su conjunto de la famosa “Ley” de Say, toda oferta crea su propia demanda. En esa teoría, que busca emular la teoría de la gravitación universal de Newton, los ajustes se realizan vía los precios relativos, todo en relación con todo, el dinero no representa más que un velo, es útil pero esconde el verdadero mecanismo por el que los mercados tienden a un equilibrio, es como hemos dicho antes un mero mecanismo de lubricación. Además, cabe añadir que eso se realiza de forma descentralizada, la famosa mano invisible, sin necesidad de intervención. El hecho de que en realidad el mercado es creado por el estado y no sobrevive sin él, no parece hacer mella en la teoría, como tantas cosas lo mejor es ignorarlo.


Escribe Keen después de describir la teoría Ptolemaica:

¿Por qué trae eso a la mente a la teoría económica neoclásica?. Por muchas cosas. Veamos:

Por lo pronto, hay similares principios subyacentes a los modelos DGSE [Equilibrio General Dinámico Estocástico, por sus siglas en inglés] que ahora dominan la teoría macroeconómica neoclásica, y como en el caso de la astronomía ptolemaica, esos principios subyacentes son manifiestamente incapaces de describir el mundo real. Son éstos:

1) Todos los mercados son sistemas de trueque que se hallan en equilibrio siempre, en ausencia de shocks exógenos (incluso durante las recesiones), y luego de un shock exógeno, rápidamente vuelven al equilibrio a través de ajustes instantáneos de los precios relativos.

2) Las preferencias de los consumidores y la tecnología empleada por las empresas son los ‘parámetros profundos’ de la economía, y no pueden ser alterados por ninguna política puesta por obra por quienes toman decisiones de política económica.

3) La competencia perfecta es universal, asegurando que el equilibrio descrito en el punto 1 es socialmente óptimo.

Pero, como el mundo real, no casa con los modelos basados en principios, lo que hacemos es introducir modificaciones para que los datos concuerden. Cualquier economista del mainstream contestará, lo que describes nada tiene que ver con los actuales modelos extremadamente sofisticados, con racionalidad limitada, rigideces en los precios, información imperfecta y todo tipo de “Epicíclos” y “Equantes”, en definitiva lo que sea menester. El problema como señala Keen es:

Eso es teoría económica ptolemaica: toma un modelo manifiestamente inverosímil que, en su forma más pura resulta de todo punto incapaz de dar cuenta de los datos del mundo, y añade “imperfecciones”, de modo que salve las apariencias.

Se trata, en términos talebianos (Taleb), de una mera explicación retrospectiva o narrativa, pues carece de cualquier capacidad para describir más que aquello que ya ha pasado, se introducen los “Epicíclos” y “Equantes" correspondientes y “voilà” nos ajustamos a los datos, ya tenemos un modelo satisfactorio de la realidad. Esto puede parecer recochineo, pero no lo es, por desgracia es algo muy real. Son tan atractivos los principios que nos conducen a un equilibrio general descentralizado, que parece imposible renunciar a tal belleza, hay que hacerla encajar con la realidad aunque sea a martillazos. Keen en su artículo cita un trabajo de Oscar Jordà y otros (2011) donde se expone lo siguiente:

Este trabajo estudia el papel del apalancamiento en el ciclo económico. Basándonos en la investigación de cerca de 200 episodios recesivos en 14 países avanzados entre 1870 y 2008, descubrimos que un hecho nuevo y llamativo en el ciclo económico moderno: los auges más intensivos en crédito tienden a ser seguidos por recesiones más profundas y recuperaciones más lentas. Hemos descubierto una estrecha relación entre la tasa de crecimiento del crédito en relación con el PIB en la fase expansiva y la gravedad de la recesión subsiguiente. Usamos métodos de proyección para estudiar el impacto del apalancamiento en el comportamiento de variables macroeconómicas clave como la inversión, el fin de mes, los tipos de interés y la inflación. Los efectos del apalancamiento son particularmente intensos en recesiones que coinciden con crisis financieras, pero están también presentes de otra forma en los ciclos normales. Los notables hechos descubiertos vienen en apoyo de la idea de que los factores financieros juegan un importante papel en el ciclo económico moderno.”

Si es así, ¿por qué no tienen relevancia esos factores en la teoría neoclásica?. Esto tiene una importancia crucial, pues en los modelos neoclásicos el nivel de deuda carece de relevancia. Evidentemente la tiene, como sostiene Keen y como lo hacia Minsky y, sobre todo, como nuestra tozuda realidad nos muestra cada día. Pero no dejemos que la realidad estropee nuestros principios que dan lugar a tan bella teoría. ¿Por qué iba Newton a renunciar a su teoría por no haber encontrado un mojón que le permitiera establece el espacio y el tiempo absoluto?. Sin duda Newton no debía hacerlo, pues su extraordinaria teoría es completamente efectiva, aunque falsada, para muchas cosas habituales de nuestro mundo y continúa siendo utilizada a plena satisfacción, conociendo sus límites, para aquello que no sirve. Nadie se empeña en ponerle “Epicíclos” para que “funcione” y ajustarlo a los datos que no puede predecir, mediante “imperfecciones”.

La realidad se impone de forma que sólo negando lo evidente se puede sostener que los bancos no crean dinero cuando conceden un préstamo. No existe multiplicador monetario ninguno, de hecho como relata Keen, los bancos centrales ya hace mucho tiempo que han renunciado a mantener tal charada, que puede estar bien para los libros de texto, pero que resulta completamente estéril para su trabajo.

Lo cierto es como dice, entre muchos otros Keen, algo que resulta palmario:

..lo que hacen ahora los banqueros centrales es suministrar cualquier volumen de reservas necesario para mantener sus objetivos de tipos de interés a corto plazo.”

Completamente cierto y, muestra algo que es el quid de la cuestión y la causa de que las políticas de expansión de reservas por si mismas no causen los efectos que según la teoría del multiplicador deberían producir. El problema de la teoría del multiplicador es que entiende la causalidad justo al revés de como realmente es. Cada acción “heterodoxa” de los bancos centrales destinada a compensar la destrucción de dinero que provoca el desapalacamiento del sector privado, es una muestra de que no hay control ninguno de la base monetaria. Son los bancos comerciales los que hacen que la base se expanda, pero la expansión de esta última no genera una expansión de crédito y, por consiguiente, de la oferta monetaria.

Sin embargo, el papel del sistema financiero, la creación del dinero y su íntima relación con la deuda son cuestiones totalmente opacas, no sólo para los ciudadanos, sino para muchos políticos e incluso profesionales de la economía. En los años 20 del siglo pasado Frederick Soddy ya nos explicaba (1926):

No hay duda que todavía mucha gente, si no la mayoría, mostrarían una franca incredulidad si supieran que la cantidad total de dinero puede exceder vastamente el total de dinero emitido por el estado ,y puede ser y es creado por los prestamistas de un plumazo. ¡A menudo todavía leemos en la prensa que los bancos pueden sólo prestar el dinero ahorrado por sus clientes! Mucha gente todavía piensa que el dinero es lo que una vez fue, “un instrumento público que pertenecía y era controlado por el Estado”.

Han pasado casi 90 años y la frase tiene plena vigencia. En su libro The Role of Money (1936) nos explicaba de una forma clara cúal es el llamado poder del dinero:

El “poder del dinero” ha sido capaz de eclipsar ostensiblemente la responsabilidad del gobierno, no es meramente el poder de los ultra-ricos, es ni más ni menos, que una nueva técnica diseñada para crear y destruir dinero por medio de añadir o quitar números de los libros de cuentas de los bancos, sin la más mínima preocupación por el interés en el papel real que la comunidad debería jugar en esto... Permitir que sea una fuente de ingresos para emisores privados es crear, en primer lugar, un brazo secreto e ilícito del gobierno y, por último, un poder rival suficientemente fuerte para en último término derribar cualquier otra forma de gobierno.

No resulta extraño que el poder económico con la inestimable colaboración de la mayor parte de la profesión económica se haya empeñado en echar tierra, en forma de confusión, sobre la creación de dinero y el funcionamiento del sistema bancario. Lo más impresionante, desde mi punto de vista, es que se trata de una máquina de generar desigualdad, canalizando rentas a través del derecho de señoreaje y el riesgo moral de incentivos mal alineados a una escala varios órdenes de magnitud superior a la corrupción o el fraude fiscal.

Soddy, con su inteligencia preclara se dió cuenta pronto de los verdaderos propósitos de la economía dominante en su tiempo y que aún pervive hoy en día y, en lapidaria frase afirmó: “La economía ortodoxa nunca ha sido otra cosa que la economía de los propietarios de las deudas”.

Fue Soddy el primero en describir la teoría del dinero endógeno y lo hace con maestría en pocas lineas:

Préstamos Genuinos y Ficticios—Un préstamo, si es genuino, no crea un depósito, porque lo que el prestatario coge es a lo que renuncia el prestamista y, no hay aumento de la cantidad de dinero, sólo alteración de la identidad individual de los propietarios del mismo. Pero, si el prestamista no renuncia a nada todo lo que el prestatario recibe es nuevo dinero y la cantidad total se incrementa proporcionalmente. Tan deliberadamente se ha rodeado de confusión la verdadera naturaleza de este ridículo procedimiento por algunos de los más inteligentes y hábiles abogados que el mundo ha conocido, que todavía hay algo de misterio para la gente ordinaria, quienes sosteniéndose la cabeza confiesan que son “incapaces de entender las finanzas.” No se pretende que  fuese de otra forma.

Otros, como el eminente economistas Hyman Minsky (1986) creador de la hipótesis de la inestabilidad de los mercados financieros, también lo ha expresado con meridiana claridad:

La banca no consiste en prestar dinero; para prestar, el prestamista deber tener dinero. La actividad fundamental de la banca es aceptar, esto es, garantizar que un tercero es solvente. Un banco, aceptando un instrumento de deuda, acuerda realizar determinados pagos si el deudor no lo hace o no puede.

Aquí, el problema es que la garantía final recae en el estado y, en consecuencia, sobre los contribuyentes produciéndose un riesgo moral por la asimetría que esto provoca entre quienes recogen los beneficios, unos pocos, y quienes soportan las pérdidas de forma directa asumiendo mayores cargas tributarias y, de forma indirecta, pero mucho más insidiosa, con menos servicios públicos o de peor calidad y, con un deterioro más o menos acusado de su calidad de vida.

Soddy, fue el primero que desde fuera de la ortodoxia económica señaló que el emperador estaba desnudo. Nunca se le podrá agradecer el servicio que prestó. Bien es cierto, que la gran mayoría de economistas nunca le ha mostrado agradecimiento, no es menos cierto que su semilla germinó. Algunos economistas sobre la base de sus ideas, aunque sin reconocerlo, elaboraron propuestas que pretendía cambiar lo que Soddy había descrito con tanto acierto. Sin duda, el llamado Plan Chicago liderado por Irving Fisher y otros economistas de la Universidad de Chicago, es el ejemplo paradigmático. El plan como ya propuso Soddy casi una década antes y, quiero resaltar que antes de crack de 1929 y no a la estela de impacto de este acontecimiento, proponía eliminar la creación de dinero por parte de los bancos.

Pero Soddy señaló con acierto cuales eran las terribles consecuencias de un sistema profundamente inestable, recordemos que esto choca de manera frontal los principios con que Keen describía los fundamentos del paradigma neoclásico. La llamada deflación por deuda o de balances fue descrita por Soddy en 1926:

Los bancos comercian con el capital monetario que ellos mismos han creado, pero pretenden hacer como si no lo poseyeran. Si son liquidados y su negocio interrumpido todos los excesos de sus pasivos sobre sus activos deberían ser cubiertos por aquellos a los que ha prestado el dinero. La cantidad de dinero se reduciría entonces, digamos, a una sexta parte de la cantidad actual o menos. Los precios, “al final”, se reducirían a un sexta parte a menos que se emitiera una cantidad equivalente de genuino dinero por parte del estado para sustituir el dinero ficticio destruido, aunque, como Mr. Keynes a señalado sabiamente en relación con esto, “al final todos estaremos muertos”. Si esto no se llevara a término, el último préstamo en ser reembolsado sería pagado con un dinero que tendría seis veces el valor del dinero que fue emitido, en promedio, la cantidad total de los préstamos sería pagada por el doble de su poder de compra inicial. Esto describe, en cierta manera, la vital distinción entre el dinero real y el dinero fantasma que estamos describiendo. En la devolución de un préstamo genuino la cantidad de dinero no se ve afectada. Con la devolución de un préstamo ficticio disminuye la existencia de dinero, por lo que el reembolso se hace progresivamente más difícil a medida que se realiza el mismo. Si se emite en una expansión y se cancela en una recesión, la devolución se realiza en unidades monetarias que valen más que las prestadas.

¡1926! Como pueden comprobar cuando se quiere se puede, ahora bien, si lo que pretendemos es crear confusión y ser el sostén ideológico de un sistema, la cosa deriva hacia los sistema ptolemaicos como se puede ver claramente con el dinero y el sistema financiero que no juegan ningún papel relevante para los místicos de trueque (David Graeber dixit).

Una de las cosas que resulta más chocante de entender para cualquier profano es el estrecho vínculo entre dinero y deuda. Que la deuda sea una obligación cuantificable y transmisible porque está denominada en unidades monetarias no parece suficiente para describir lo que en realidad son dos caras de la misma moneda, o como el Jano Bifronte, el mitológico inventor del dinero para los romanos.



Soddy en una aguda frase define ese carácter dual:

El dinero es la nada que recibes a cambio de algo, antes de conseguir cualquier otra cosa.

El dinero no es un velo sobre el trueque, un fenómeno marginal tal como nos ha explicado Graeber en su obra “En Deuda”, se trata de un instrumento de deuda y una reclamación sobre los bienes actuales o futuros de la sociedad. En realidad, es bastante más que una mera reclamación, pero para esta singladura navegaremos en aguas someras sin adentrarnos en las aguas profundas de la teoría del capital.

Para el paradigma neoclásico, el dinero es neutral y se puede eliminar de los modelos sin pérdida de su capacidad explicativa. Por ejemplo, siempre que escuchemos a Krugman hará la siguiente afirmación que es una perogrullada: “el dinero es neutral pues todas las deudas se cancelan mutuamente”. Se trata de un mero juego de suma cero. Sin embargo, ni siquiera es cierto contablemente, ya que los pasivos del banco central que son contrapartida del dinero en efectivo no son realmente pasivos, es una mera convención ya que si acudes con un billete, activo, al banco central para reclamar su conversión, lo que obtendrás es otro billete o billetes con igual valor facial. Considerar que existe un pasivo que cancela el activo carece de sentido económico. Pero lo verdaderamente sorprendente, es que siendo un mero velo, que no merece la pena ser modelizado, cuando el sistema financiero estuvo en cuestión no parece que los economistas confiaran en el restablecimiento del equilibrio por sus propios medios. Salieron en estampida pidiendo intervenciones masivas de los bancos centrales cosa que efectivamente se produjo.

Antes de la crisis financiera de 2007/08, el triunfo de la visión ptolemaica parecía completo, la famosa Gran Moderación de Bernanke era su mejor definición. Los críticos eran ninguneados y objeto de desprecio por alterar el tranquilo estanque de la economía. El despertar fue tan abrupto y doloroso y las brechas abiertas en el casco neoclásico tan enormes, que a pesar de que trabajan con denuedo en el control de daños, parece que esta vez las cosas, aunque con una lentitud en ocasiones exasperante y, resistencia numantina, señalan con vigor hacia un cambio de paradigma. Algunos me acusarán de pecar de ingenuo, es posible, pero no es menos cierto que a pesar de toda la propaganda, que es masiva, la realidad tiende a abrirse paso de manera inexorable. No digo que se vaya a producir en pocos años, estos cambios requieren lustros sino décadas, pero los retos del futuro no pueden ser afrontados con un instrumento tan defectuoso que ignora la realidad.



La organización británica positive money persigue, que en su país, la gente en general y los políticos en especial tengan conocimiento cabal del real funcionamiento del sistema financiero y, de cómo en la actualidad los bancos gozan de un privilegio exorbitante dentro de una estructura que les permite crear dinero y traspasar los riesgos a la sociedad en su conjunto. Esta ha sido la raíz de las sucesivas crisis provocadas por el estallido de burbujas financieras en los últimos 25 años. Partiendo de su propuesta de dinero soberano, que se basa en buena medida en el Plan Chicago actualizado, podremos demostrar las enormes ventajas que para el conjunto de la sociedad representa un cambio como el propuesto. Desde la visión de la economía ecológica, si bien es cierto que sólo se trata de un instrumento que también puede ser utilizado para una visión “business as usual”, en el sentido del crecimiento indefinido, tiene una gran importancia para ejecutar cualquier pretensión de pasar de una economía cowboy a una economía astronauta. Por lo tanto, en este caso, la convergencia de intereses es una magnifica noticia ya que cualquier paso dado en dirección a eliminar el privilegio de emisión de moneda de los bancos comerciales, no sólo tienen efectos económicos, sino profundos efectos políticos. En las siguientes entradas del blog, desarrollaremos las ideas expuestas en esta introducción y los mecanismos propuestos para su reforma.


11 comentarios:

  1. Hola Jordi, desde mi ignorancia quisiera plantear una cuestión que no consigo entender. Si efectivamente el préstamo crea el depósito, y no al revés, como la economía clásica explica ¿Por que las cajas de ahorros españolas necesitaron captar inversión de bancos extranjeros cuando los depósitos de sus clientes no fueron suficientes para seguir hinchando la burbuja inmobiliaria?

    Gracias.
    Salva.

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    1. Hola Salva

      Tu pregunta es muy pertinente, aunque se adelanta a lo que iré explicando en sucesivas entradas. Los bancos o cajas necesitan adquirir reservas en el banco central para afrontar el flujo de pagos y cobros entre los bancos. Es decir, si generas mucho dinero a través de la concesión de prestamos es muy probable que tengas más salidas de fondos y entradas en tus cuentas respecto al resto del sistema bancario. Por lo tanto, debes obtener esas reservas o del mercado interbancario o del banco central que es el prestamista de último recurso. Durante la fase de expansión las cajas buscaban ese dinero en el interbancario, es decir lo tomaban prestado de otros bancos respecto a los cuales se endeudaban. Aquí hay que aclarar que tenemos un sistema dual, con dos tipos de dinero, uno el power money (o reservas en el banco central) que sólo los bancos pueden tener y que sirven para saldar las operaciones entre ellos y con el gobierno, otro el broad money o masa monetaria que es el dinero en sentido amplio, monedas, billetes, y cualquier depósito que pueda servir para realizar pagos (esos depósitos son entre el 95 y el 97% del total del broad money) que es el que utilizamos el resto de mortales.

      Uno de los problemas de la crisis fue que la fuente interbancario se seco (por la desconfianza de unos bancos con otros), y se trata de prestamos a corto plazo, por ello el ECB tuvo que hacer las operaciones de refinanciación para evitar que el sistema de pagos colapsara.

      Además, existen requisitos de capital (Basilea)l, que como explicaremos son prociclícos que hacen que todo se precipite cuando las cosas van mal.

      Por otra parte, si te fijas en la frase que hay en el post de Minsky lo que hacen los bancos es garantizar que el prestatario es solvente, si no lo es tienen que pagar o quebrar (problemas de solvencia que son diferentes de los problemas de liquidez). El problema es que cuando estalla la burbuja y baja la marea, entonces se ve quien lleva bañador.

      Cómo explicaré, los bancos buscan reservas después de conceder los préstamos cuando no tienen suficientes para afrontar el flujo neto de salidas de sus cuentas respecto al resto del sistema, lo que hace que se endeuden respecto a otros bancos o con el banco central . Además, hay que tener en cuenta los acuerdos de capital que están relacionados con la solvencia bancaria (para evitar quiebras) que obligan a mantener un cierto colchón (buffer) donde los activos superan a los pasivos, es decir que el banco tenga unos fondos propios positivos. Cuando el ratio de capital caía por debajo del 8% el banco se veía obligado a dejar de prestar. Como las cajas no tienen accionistas sus modos de conseguir capital son diferentes, acordémonos de las preferentes que computan como buffer a efectos de los acuerdos de Basilea.

      Finalmente, debes tener en cuenta aquello que hemos dicho del riesgo moral.¿ cual ha sido el resultado? Pues que el banco central ha cubierto esos prestamos con sus operaciones de liquidez (ha permitido que los bancos prestamistas recuperen su dinero), que el estado ha tenido que avalar esas operaciones, además de poner capital en muchas de las cajas para garantizar no sólo la liquidez sino la solvencia, y que todo eso se ha hecho a cargo de los contribuyentes.

      Espero desarrollar en las próximas entradas el funcionamiento del sistema actual en comparación con el dinero soberano y dejar más claro cual son los problemas que el actual sistema dual nos plantea.

      Saludos

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    2. Muchas gracias, me queda bastante claro. Espero impaciente las siguientes entradas. Por cierto, esta me ha gustado especialmente. Es quizá menos técnica que otras anteriores y me ha resultado especialmente amena y comprensible, incluso para un lego como yo.

      Gracias de nuevo y saludos.
      Salva.

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    3. Gracias a ti Salva.

      El dinero, la deuda, los bancos son temas que pueden suscitar más interés al público en general que otras cuestiones ya parecen mucho más cercanas a nuestro día a día. Son temas sobre los que por otra parte existe gran confusión, como digo el post, ya que esa confusión se ha buscado de forma deliberada. La creación de dinero es una gran fuente de poder, algo en lo que mucha gente de forma intuitiva estaría de acuerdo, la cuestión es saber quien detenta realmente ese poder y como lo utiliza. Está es una cuestión esencialmente política, ya que la economía es parte de la política, pero donde las implicaciones políticas que van más allá del mero ámbito de la economía y afectan de forma ostensible no solo al bienestar de los ciudadanos, sino al ámbito de sus libertades fundamentales. Todos los días se habla de ciertas propuestas son quimeras pero que la realidad de los mercados limita nuestra capacidad de decisión, nuestra soberanía, de tal forma que no existen elecciones posibles. Creo que el dinero soberano es una opción completamente solida desde el punto de vista económico que desmiente esa postura. Cosa muy diferente son las cuestiones políticas sobre el poder que ahora detentan unos pocos y al que no quieren renunciar, para ello cuentan con inestimable colaboración de la mayor parte de la profesión económica, por desgracia.

      Saludos

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  2. Hola Jordi

    Va quedando claro que los bancos centrales (con sus inyecciones de liquidez estéril) no son más en un pomposo decorado concebido para mantener la confianza del público mientras las decisiones que realmente cuentan se toman en otros conciliábulos.

    Recuerdo la hermenéutica reverencial que los economistas mediáticos dedicaban a la menor palabra de Greenspan, ridículos adoradores de un sumo sacerdote al que se le rompieron los hilos de los que colgaba mientras decían que levitaba. Vivimos en “El mago de Oz” y todavía no hemos llevado la historia hasta el final.

    Saludos

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    1. Hola Ecora

      En realidad todo es un gran conciliábulo, los reguladores no dejan de ser, en buena parte, gente coptada por el propio sistema.

      La esterilidad de las inyecciones de liquidez sólo demuestran que los modelos en que se basan no explican ni entienden la realidad. Evidentemente el sistema monetario es el caballo de troya de la democracia, ya que aquellos que detentan el poder, muy poca gente que no debe responder ante nadie, son capaces de moldear y configurar la decisiones políticas con relativa facilidad (Soddy lo vio con una claridad meridiana). Es la democracia de un euro, dólar, libra o yen un voto, aquella en que la soberanía es sólo una palabra que queda anulada ante la voluntad de los llamados mercados, un mero eufemismo para referirse a gente muy concreta que ejerce un poder completamente desmedido y que acota de tal forma las posibles elecciones que la mayoría de propuestas chocan contra, esto no es viable, no se puede pagar, o diversas formas de la famosa frase "There is not alterntative".

      Saludos

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  3. En menéame: https://www.meneame.net/story/dinero-soberano-plantemiento-problema

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  4. Buenas Jordi.

    Ayer pude leer por fin tu artículo, últimamente el tiempo juega especialmente en mi contra. Lo he disfrutado mucho, el paralelismo que establece Keen entre el paradigma neoclásico y la astronomía de Ptolomeo es ingenioso y esclarecedor. No sé si ya hemos hablado de ello, pero hay un economista e historiador de la economía, Philip Mirowski, al que comencé a seguir la pista por su aparición en el documental de Adam Curtis "La trampa ¿dónde fue nuestro sueño de libertad?", que se centra especialmente en la crítica de la economía, aunque el tema central es la libertad. Mirowski escribió un libro "More heat than light. Economics as social physics" donde muestra precisamente algo que citas en tu artículo, que toda la economía neoclásica se ha construido a base de establecer paralelismos con la física, es decir, copiando sus leyes y extrapolándolas al mundo social. Ahora Mirowski ha publicado un libro en castellano "Nunca dejes que una crisis te gane la partida". Todavía no lo he leído.

    un saludo,

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    1. Hola Jesús

      El artículo del Keen es muy aleccionador sobre la deriva de la economía actual a los "epiciclos" y los "equantes" que cada vez les alejan más de la realidad, pero que por su complejidad matemática les fascina y les lleva a pensar que cuanto más complejo e inteligible sea el sistema mejor. Una especie de arcano para los iniciados en el que a cualquiera que los ataque le puedan decir que lo que pasa es que no lo entiende porque no tiene la preparación necesaria y que estas cosas se deben dejar a los sumos sacerdotes que ya nos comunicarán cuales son los designios de los dioses del mercado.

      La inspiración en la mecánica newtoniana tiene un problema por encima de cualquier otro: la reversibilidad. La economía es un proceso termodinámico, por lo tanto, esencialmente irreversible (la reversibilidad estadística tiende a 0), por lo tanto, su inspiración en la mecánica es mortal de necesidad ya que desde su mismo origen impide reconocer el funcionamiento mismo de los procesos económicos. Creo que se puede postular con cierta base que la razón última del desarrollo de la economía financiera sometida a leyes matemáticas y no física, como bien señalaba Soddy, es la huida hacia adelante para evitar o enmascarar la realidad física. Como se dice en Dune (Frank Herbert): "Fintas en las fintas, engaños en los engaños".

      No conocía Philip Mirowski pero buscará su bibliografia, se acumulan los libros por leer. La inspiración de la economía en la mecánica newtoniana es bien conocido. Hay un monumental libro de René Passet de interminable título "Las grandes representaciones del mundo y la economía a lo largo de la historia" que habla largo y tendido sobre el tema de lo que el llama el universo del relojero.

      Saludos

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  5. Verdad de la de verdad:

    En realidad todo es un gran conciliábulo, los reguladores no dejan de ser, en buena parte, gente coptada por el propio sistema.

    La esterilidad de las inyecciones de liquidez sólo demuestran que los modelos en que se basan no explican ni entienden la realidad. Evidentemente el sistema monetario es el caballo de troya de la democracia, ya que aquellos que detentan el poder, muy poca gente que no debe responder ante nadie, son capaces de moldear y configurar la decisiones políticas con relativa facilidad (Soddy lo vio con una claridad meridiana). Es la democracia de un euro, dólar, libra o yen un voto, aquella en que la soberanía es sólo una palabra que queda anulada ante la voluntad de los llamados mercados, un mero eufemismo para referirse a gente muy concreta que ejerce un poder completamente desmedido y que acota de tal forma las posibles elecciones que la mayoría de propuestas chocan contra, esto no es viable, no se puede pagar, o diversas formas de la famosa frase "There is not alterntative".

    (sorry por el mostrenco copypastear a don Jordi, pero es que dice lo que hubiera querido decir)

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  6. Hola Dubidator

    Ese que señalas es para mi el núcleo esencial del problema, al final, todo los caminos confluyen en la grave amenaza que representa este sistema para la democracia y la libertad. Después vienen todos los tecnicismos que queramos, pero al final esa es la cuestión que debatimos, lo demás son instrumentos que proponemos para mostrar que hay alternativas que son mejores para la inmensa mayoría, en este caso el dinero soberano.

    Saludos

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