Esta semana la información económica y política ha estado marcada por la batalla en EEUU a cuenta del precipicio fiscal que han mantenido Demócratas y Republicanos. Al final, ha habido prórroga hasta enero lo que sólo se pude calificar como un apaño.
Los mercados financieros no han estado
excesivamente inquietos ante la presunta magnitud del problema que
supondría el impago del servicio de la deuda norteamericana.
Probablemente porque estaban bastante seguros de que el acuerdo o la
prórroga era inevitable como así ha sido. Además, no es la
primera vez que se produce esta situación y por ahora no ha llegado
la sangre al río.
El dólar es la moneda global por
excelencia en la que se desarrollan la mayoría de transacciones
comerciales y financieras en el mundo. A pesar de que los mercados no han
creído que se produjera un impago, las autoridades chinas han
lanzado un aviso a navegantes sobre la necesidad de reemplazar al
dólar como divisa global. Esta es una cuestión que se repite periódicamente
en especial cuando se dan las presentes circunstancias.
Sin embargo, una transición a un
sistema diferente del actual con el dólar como moneda
de reserva es una cuestión extremadamente complicada.
El actual sistema de cambios flotantes
con monedas fiduciarias, sin valor intrínseco y declaradas de curso
legal para saldar deudas y pagar impuestos por los estados emisores,
concede al dólar como moneda de reserva mundial ciertos
privilegios exorbitantes. No causa sorpresa suponer que EEUU no va a
renunciar sin presentar batalla, y en este caso no sólo en el
sentido metafórico del término.
La moneda fiduciaria es una moneda de
confianza como indica su etimología, y la confianza en el emisor es
fundamental. Pero el emisor y el manejo que haga de la moneda es sólo
una parte de la ecuación. La moneda es respaldada por un lado por la
solidez de la economía del país que la reconoce como de curso
legal, y por otra por los medios y la resolución en actuar cuando
sea menester para defender su estatus.
En el caso del dólar esa resolución
se expresa no sólo por medios económicos si no que tiene como
última ratio el uso de la fuerza y para ello dedica una parte
importante de sus recursos.
La eliminación de la convertibilidad
del dólar en oro (35 $ = 1 onza troy) en 1971 además de otro factor
que suele pasar desapercibido, el “peak” de la producción
petrolera estadounidense en ese mismo año, pudieron poner en
cuestión la supremacía del dólar como moneda global de
intercambio. Los gastos de la guerra de Vietnam y de la guerra fría
habían minado la confianza en que las reservas de oro estadounidense
pudieran hacer frente a las solicitudes de redención de dolares por
oro que de acuerdo con Bretton-Woods podían realizar el resto de
países.
El cenit de producción de petroleo
tiene relativa importancia como acontecimiento puntual pero es
crucial para entender que EEUU había pasado progresivamente de una
posición predominante en el mercado mundial a una posición de
dependencia.
El aumento de su consumo cuando su
producción empezaba a disminuir significaban un aumento espectacular
de sus importaciones. La diplomacia estadounidense se centro en
conseguir por todos lo medios necesarios crear alianzas con los
principales productores de petróleo para que el dólar continuará
siendo la moneda en que se realizarán las transacciones del oro
negro, especialmente importante era y es Arabia Saudí con la que
Henry Kissinger forjó un acuerdo histórico por su relevancia
posterior.
El petróleo ha tenido y sigue teniendo
un papel protagonista como principal fuente de energía, actualmente supone el 33% de la energía primaria de mundo. Aunque el porcentaje ha disminuido desde los años 70 goza de una serie de características como son la alta densidad energética,
transportabilidad y versatilidad que lo hacen inigualable respecto a
cualquier otra fuente de energía ya sea renovable o no. El que el
dólar se convirtiera en el petrodólar significó un hito esencial
en el mantenimiento de su statu quo como moneda de reserva mundial
Este sistema desde el punto de vista de los países con superávits significa que al no poder
convertir esa moneda en oro, se ven obligados a invertir sus reservas en activos
denominados en dólares, entre ellas la deuda del Tesoro de EEUU. Eso
permite a EEUU soportar déficits por cuenta corriente de manera
indefinida, por otra parte necesarios para mantener la liquidez
necesaria en dólares para las transacciones globales denominadas en
dólares. Este mecanismo concede a EEUU financiación barata porque los
países con reservas en dólares desean colocarlas para obtener
cierta rentabilidad. Si vendieran dólares de forma masiva estarían
perjudicando su propia posición competitiva en el comercio mundial
respecto a EEUU ya que encarecerían sus exportaciones y abaratarían
las de EEUU.
Debemos tener en cuenta que el poderío
militar de EEUU (la capacidad de proyección de sus fuerzas es
inigualable por cualquier otra potencia) le permite que sus
recomendaciones y/o amenazas estén respaldados por acciones
contundentes. Eso marca una gran diferencia con otras zonas
monetarias que carecen de ese instrumento de disuasión. Son
conocidos los casos, siempre que quitemos los velos que la propaganda convenientemente ha creado, en que la acción militar ante la amenaza de dejar
de vender el petroleo en dólares ha sido contundente.
No es de extrañar que la reacción a
las amenazas de impago hayan sido muy matizadas y no se haya
producido ningún pánico. Sin embargo, la debilidad política es el
peor enemigo de la resolución necesaria ante avisos como el de China
para la defensa del dólar como moneda de reserva mundial.
Deberemos estar atentos a los
acontecimientos de enero de 2014 y si la credibilidad, esencial en este asunto, sigue
erosionándose. De ser ese el caso el peligro de un conflicto como
demostración de poderío, dar un golpe de puño encima de la mesa, aumenta y nunca faltarán objetivos.
"Son conocidos los casos, siempre que quitemos los velos que la propaganda convenientemente ha creado, en que la acción militar ante la amenaza de dejar de vender el petroleo en dólares ha sido contundente." Tengo entendido que el Irak de Saddam Houssein amenazaba con dejar de cobrar su petróleo en dolares, cambiando al naciente entonces euro ¿este sería uno de esos casos que mencionas?
ResponderEliminarHola Isabel
EliminarSi, es el caso más evidente y conocido. Debido a la futilidad de las razones que llevaron a la invasión, las inexistentes armas de destrucción masiva que era conocido por los promotores de la guerra, la hipótesis de la amenaza de vender en euros por un productor de tamaño considerable como era Irak en ese momento, es perfectamente razonable. El mecanismo que Varoufakis denomina el minotauro global que permite a EEUU mantener déficits por cuenta corriente y fiscales, se vería gravemente amenazado. El sistema permite a EEUU mantener déficits simultáneos por cuenta corriente y fiscal de forma casi indefinida por el reciclaje de los dólares hacía activos denominados en dólares. Cualquier cosa que amenace eso tiene una importancia vital. Si bien es cierto, que la crisis del 2008 ha golpeado con fuerza el sistema y países como China quieren sustituirlo, no será tarea fácil destronar a los estadounidenses de su trono, y no lo harán sin pelear.
Saludos